Esta semana los inversores locales recibimos una muy buena noticia: la Comisión Nacional de Valores (CNV) autorizó la creación de cinco nuevos programas de CEDEARs que van a darle al inversor la posibilidad de invertir en más instrumentos. 

Para aquellos que no lo sepan, los CEDEARs son títulos que representan índices o acciones de empresas cotizantes en los mercados internacionales y que pueden ser negociados en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. Esto no significa que todos correspondan a empresas internacionales: también hay de Mercado Libre, Globant, Despegar y otras empresas argentinas que no cotizan como acciones locales, sino que cotizan en bolsas internacionales, por ejemplo, el NASDAQ.

El procedimiento consiste en que un banco o institución compra los títulos en el exterior (por ejemplo: acciones de Google o Apple), emite un certificado que cotiza públicamente en la bolsa argentina y replica la evolución de estos papeles en su mercado de origen -subyacente-. Actualmente, todos los CEDEARs han sido emitidos por Banco Comafi o Caja de Valores.

En la práctica, adquirirlo es muy similar a comprar una acción, ya que es un instrumento de renta variable. Esto significa que su cotización en el mercado secundario varía constantemente por diversos factores y no tenemos forma de conocer la rentabilidad futura de nuestra inversión. 

Ahora bien, no siempre un CEDEAR es equivalente a exactamente un título que, por ejemplo, cotiza en el NYSE. Existen ratios de equivalencia a la hora de comparar los precios locales con su cotización en el mercado de origen. Esto se debe a que muchos precios en el mercado internacional son muy altos y si se pasaran esos precios a pesos muy pocos podrían tener acceso.

Por ejemplo, el valor de una acción de Mercado Libre en el mercado internacional es de aproximadamente U$S 1.970. Eso, multiplicado por el valor actual del dólar CCL nos da un precio exorbitante al cual muy pocos podrían acceder. Por eso, en el caso de Mercado libre, el ratio de conversión es de 120:1, esto significa que la acción está dividida en 120 CEDEARs.

En tanto, dentro del mundo de estos activos hay algunos que replican ETFs y son muy atractivos para aquellos inversores que quieran diversificar su cartera. ¿De qué se trata? Un ETF es un híbrido entre un Fondo Común de Inversión y una acción. Comprar participaciones de un ETF supone comprar una cartera de activos, igual que sucede con un fondo de inversión tradicional, pero cotiza en el mercado secundario igual que una acción. 

En pocas palabras, los ETFs replican índices, sectores, subsectores, commodities o cualquier otro instrumento. De esta manera, comprar una participación en uno de estos fondos cotizados es equivalente a adquirir, en una sola operación, todas las acciones que componen el índice de referencia, por lo que cuando se tienen participaciones de un ETF se sabe exactamente lo que se está comprando. Por ejemplo, al invertir en el $SPY, el inversor sabe que está comprando una cartera compuesta por las 500 acciones principales del S&P.

Hasta la semana pasada, había nueve CEDEARs de ETFs disponibles en el mercado local, pero con los recientes anuncios se sumaron cinco más.

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