
Criptogate: mucho ruido y pocas nueces
La reacción del mercado, la sesión del jueves en el Senado y los primeros sondeos de opinión pública tras el episodio muestran que la contención de daños fue exitosa.Ni al guionista de House of Cards se le hubiese ocurrido. El presidente de la Nación twitteó el Día de los Enamorados promocionando la criptomoneda $LIBRA, creada, en teoría, para financiar emprendedores argentinos. Esto lo llevó a verse envuelto en un posible caso de rug pull. En criollo, es una forma de estafa en el mundo cripto en la que los desarrolladores de un token abandonan el proyecto tras impulsar su precio, quedándose con los fondos invertidos por terceros. La pregunta automática surgida a partir del hecho es si Javier Milei fue víctima involuntaria o parte del scam. Pese a la poca claridad del episodio, no tardaron en aparecer denuncias contra el presidente y pedidos de juicio político.
Lo que sí está claro es que lo insólito jamás tiene probabilidad “cero” en Argentina, aunque nunca deja de sorprender. Por eso mismo, el criptogate generó ruido. Lo positivo: fue de cortísimo plazo. La reacción del mercado, la sesión del jueves en el Senado y los primeros sondeos de opinión pública tras el episodio muestran que la contención de daños fue exitosa. Así fue como, desde la perspectiva de precios de mercado, el Gobierno salió relativamente bien parado en tal vez la semana más desafiante desde diciembre 2023.
Los fundamentos siguen intactos en el plano económico
La macro siguió trayendo noticias alentadoras, que no dejaron dudas de que los fundamentos de largo plazo no cambiaron. Al Gobierno le vino como anillo al dedo que el lunes 17/02, primer día hábil luego del criptogate, estaba programada la publicación del resultado fiscal de enero. La magnitud de las cifras fiscales evidenció la solidez del ancla fundamental del programa económico. El superávit primario fue de $2,43 billones, el segundo más alto desde 1999 al considerar las diferentes metodologías (sino desde 2016). En tanto, el superávit fiscal alcanzó casi $0,6 billones, el segundo más elevado desde 2008 también al considerar todas las metodologías (sino desde 2016). Además, los ingresos tributarios exhibieron una dinámica auspiciosa. Se mantuvieron inalterados en términos reales, dado que la recuperación de los impuestos cíclicos compensó la pérdida de los ingresos extraordinarios. Por el lado del gasto, creció en términos reales (+13,5% real anual) por primera vez desde junio 2022, pero fue por la baja base de comparación. Por eso, el gasto primario permaneció en el segundo nivel más bajo desde 2005, solo ubicándose por detrás de 2024.
En el frente externo, si bien comenzaron a asomarse desafíos, el BCRA apuntó a mitigarlos. Tomó medidas que contribuirán a que el superávit de cuenta financiera sea suficiente para financiar el creciente déficit de cuenta corriente, de forma tal que el esquema cierre sin desacumulación de reservas. En este sentido, flexibilizó las condiciones para acceder a los préstamos en dólares, al eliminar la restricción que impedía que las entidades financieras pudieran prestar a no exportadores si el fondeo provenía de líneas de crédito con bancos del exterior y ONs. Es decir, los bancos podrán tanto emitir ONs para captar el stock de depósitos en dólares que dejó el blanqueo (US$30.579 millones) como pescar fuera de esta “pecera” con las líneas de crédito del exterior.
“Masterclass” del oficialismo en el frente político
Los interrogantes que habían surgido en el plano político tras el criptogate se disiparon con el triunfo del Gobierno en el Congreso. Previo a que se votara la suspensión de las PASO, la oposición “no dialoguista” intentó sin éxito que se aprobara la creación de una comisión investigadora y los pedidos de interpelación a Guillermo Francos y Karina Milei. El oficialismo no solo se anotó esas dos victorias, sino que también consiguió que se suspendan las PASO en 2025 con 43 votos en el Senado, por encima de los 37 requeridos. Si bien este era el escenario base antes de que ocurriera el desafortunado episodio de $LIBRA, se había puesto en duda luego de que sucediera. La victoria se sintió como un gol de media cancha. Ahora el oficialismo tendrá tiempo hasta octubre, en vez de agosto, para que la economía llegue a las elecciones con una menor inflación, una mayor recuperación del salario real y el empleo y una economía pujante.
El triunfo político no fue solo en el ámbito local. Milei viajó junto a su equipo a Washington y recibieron varios elogios acerca del programa económico. Quienes reconocieron los avances no fueron ni más ni menos que la directora del FMI, Kristalina Georgieva, que mencionó que se continúa trabajando de manera constructiva en un nuevo programa, y el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent. Otro punto ganador fue la reunión entre Milei y el flamante presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que dejó en claro que el vínculo estrecho entre los mandatarios se mantiene intacto tras el criptogate.
Una reacción de manual
La reacción del mercado fue de más a menos. Tal como sucede en todo evento inesperado que no cambia los fundamentos de largo plazo -quedó más que en evidencia como se fue desarrollando la semana-, sino que solo genera volatilidad de corto. El lunes 17/02, sin referencia internacional por el feriado estadounidense “Presidents Day”, el Merval en dólares se desplomó 7,3% y los Globales cayeron hasta 1% en la plaza local, a la par que el CCL y el MEP treparon 1,6% y 2,2%, contenido por la presencia del BCRA. El martes 18/02, en la primera rueda con referencia del exterior luego del incidente con $LIBRA, el Merval había recuperado prácticamente el terreno perdido con un salto de 6,8%, los Globales convalidaron la baja del lunes y el CCL y el MEP cedieron 0,6% cada uno.
Transcurridas las ruedas, se disipó el ruido generado por el criptogate. Los Globales cerraron el jueves y viernes al alza (+0,7% acumulado), lo que llevó a que terminen la semana sólo 1,6% abajo. En sintonía, el Merval en dólares cayó apenas 2,4% semanal tras el pésimo arranque del lunes y en medio de un viernes rojo para la renta variable a nivel mundial. Por su parte, el MEP y el CCL escalaron 1,9% y 1,3% en una semana desafiante, que habría requerido la intervención del BCRA para contener la brecha, pero en menor cuantía que a mediados de enero, a juzgar por el volumen operado en GD30 y AL30 T+1 contra los dólares “C” (CCL) y “D” (MEP).
En resumen, mucho ruido y pocas nueces.
Nota publicada en El Economista