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15.02.2024

Claves para armar nuestra cartera de inversiones

El acceso a la información y las nuevas tecnologías, han llevado a que, de a poco, más y más gente se interese por invertir su dinero. La famosa “inclusión financiera” hoy es mucho más real que hace unos años. Sin embargo, que todos puedan tener acceso a ello, no significa que todos sepan hacerlo en forma responsable.
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El acceso a la información y las nuevas tecnologías, han llevado a que, de a poco, más y más gente se interese por invertir su dinero. La famosa “inclusión financiera” hoy es mucho más real que hace unos años. Sin embargo, que todos puedan tener acceso a ello, no significa que todos sepan hacerlo en forma responsable. 

Por eso, es importante que todo aquel que quiera invertir, antes de hacerlo conozca algunas claves: 

Lo más probable es que hayamos escuchado en repetidas ocasiones la afirmación de que las inversiones o los activos que poseemos en nuestra cartera deberían estar vinculados en forma directa con nuestro perfil como inversores. Pero ¿qué implica realmente el perfil de un inversor? Se podría definir como el nivel de tolerancia al riesgo, entendido como la capacidad de afrontar pérdidas en pos de obtener mayores rendimientos.

Por ende, es esencial establecer la relación entre riesgo y beneficio. Al tomar decisiones en un entorno de incertidumbre, que es inherente a todo en el mundo de las inversiones, la rentabilidad de una inversión es incierta, lo que significa que, al invertir, asumimos riesgos. Por ejemplo, los asociados a cambios imprevistos en la coyuntura económica, modificaciones regulatorias o políticas que impacten en la inversión elegida, entre otros.

Si bien la aversión al riesgo es el factor principal que define el perfil de un inversor, hay otros aspectos relevantes que merecen ser mencionados, como el horizonte temporal de inversión, la situación financiera personal e incluso el nivel de conocimiento sobre inversiones.

Asimismo, resulta significativo considerar el horizonte temporal de inversión, es decir cuál es nuestro objetivo y por cuánto tiempo pensamos mantener la inversión.

Con toda esta información, los inversores suelen agruparse en tres diferentes perfiles:


Conservadores: Son aquellos perfiles poco propensos a asumir riesgos. Prefieren la “seguridad” a la incertidumbre, aunque eso implique menores rentabilidades. Su principal objetivo es mantener el valor de su dinero.

Moderados: Están dispuestos a tolerar cierto nivel de riesgo con el objetivo de obtener una rentabilidad un poco más alta.


Agresivos: Son los menos aversos al riesgo. Buscan la mayor rentabilidad posible, sin tener en cuenta lo expuestos que estén.

Ahora bien, definir y conocer nuestro perfil de inversores es el primer paso, pero no es suficiente para armar una cartera en un contexto volátil. 

La segunda clave está en mantener una diversificación adecuada en nuestro portafolio. En ese sentido, distribuir el capital en diferentes activos nos permitirá mejorar la relación entre riesgo y retorno en nuestras inversiones. Así, si un instrumento se ve afectado, las pérdidas pueden ser compensadas por los rendimientos de otros activos en la cartera.

Algunas formas de diversificar la cartera de inversiones consisten en:

Variedad de activos -acciones, bonos, ONs, CEDEARs, etc-. Cada uno tiene su propio nivel de riesgo y retorno, por lo que al diversificar podemos reducir el impacto negativo de un mal rendimiento en alguno de ellos.

Diversificación geográfica o sectorial: Los diferentes mercados o sectores de la economía, pueden comportarse de manera diferente en las mismas condiciones económicas.

Diversificación en monedas: En el mercado local se puede invertir en instrumentos en pesos, pero también instrumentos en dólares. 

Además, en situaciones de alta incertidumbre, es aconsejable pensar en operaciones a largo plazo. Esto se debe principalmente a que las inversiones a corto plazo están expuestas a la volatilidad del mercado, y cualquier rumor o noticia puede tener un impacto significativo en nuestra cartera. En cambio, en el largo plazo, los altibajos tienden a mitigarse.

En tercer lugar, es esencial evaluar los riesgos asociados con cada inversión que realicemos. Conocer a fondo el instrumento en el que vamos a invertir, entender sus posibles riesgos y llevar a cabo un análisis detenido de los fundamentos que nos llevan a elegirlo son pasos fundamentales. Si tenemos un plan de inversión, es importante no dejarse llevar por las emociones.

Ahora bien, más allá de estos puntos mencionados, antes de invertir resulta fundamental contar con asesoramiento financiero de forma tal que podamos armar una cartera de inversiones que se adapte a nuestros objetivos y con la cual podamos dormir en paz.


*** Columna originalmente publicada en BAE Negocios

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