Pantallas en la bolsa
02.06.2025

Qué hay que tener en cuenta a la hora de la educación financiera

La CNV permite ahora que adolescentes de entre 13 y 17 años puedan abrir su primera cuenta de inversión; tres consejos a seguir en el inicio
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Construyendo independencia desde la educación financiera

Aprender a manejar el dinero, sumar el buen hábito del presupuesto, y comprender conceptos claves como el ahorro, la inversión y el valor del tiempo -por mencionar sólo algunos- son pilares fundamentales para construir un futuro más tranquilo, seguro y sano. Ahora bien estos conocimientos, forman parte del ABC de la educación financiera, y son herramientas esenciales para acercar a cada uno de nosotros a los objetivos. Por ende, empezar a entenderlo desde chicos promueve la responsabilidad y la independencia financiera, entre otras cosas.

Un buen paso: cuentas de inversión para adolescentes

Desde fines del año pasado, la CNV -ente regulador del mercado de capitales- permitió que los adolescentes entre 13 y 17 años puedan tener su primera cuenta de inversión, previa autorización de un adulto (que puede ser su padre, madre o tutor). Un paso que creemos que tiene mucho para aportarles, y es una herramienta sin dudas poderosa para su futuro. Invertir es mucho más que comprar/vender un activo financiero, es aprender a planificar, tomar decisiones y administrar recursos con un objetivo que seguramente evolucionará con el tiempo. Un objetivo incluso que hoy puede comenzar por darse “gustos” en unas vacaciones, su viaje de egresados, o bien un primer auto o una futura carrera.

La inversión no debe estar vinculada al azar

La inversión no es una apuesta, no está (ni debe estar) vinculada al azar. Esta es una primera y fundamental diferencia. Invertir debe entenderse como una herramienta para proteger e incrementar el valor de los ahorros a lo largo del tiempo. Y si bien hay varios consejos que podemos mencionar a quienes están comenzando,  hay tres que inicialmente vale tener en cuenta. El primero es la diversificación (para reducir los riesgos); el segundo es comprender que la relación entre rendimiento y riesgo es directa (mayor ganancia  potencial, mayor riesgo); y el tercero -no por eso menos relevante- es conocer mi perfil de inversor. Este se construye considerando factores como la edad, el conocimiento, la tolerancia al riesgo, el objetivo, la situación personal… y lógicamente no es único para toda la vida, pero sí esencial para invertir con tranquilidad. 

La primer inversión para un adolescente 

Las cuentas de inversión para adolescentes permiten acceder a un amplio universo de inversiones, que va mucho más allá del FCI Money Market de una billetera. No obstante, hay ciertas restricciones como no poder invertir en futuros o opciones (productos calificados de alto riesgo). Igual, realmente no son necesarias para comenzar. Creemos que un buen paso es sumar, por ejemplo, FCIs. Estos cumplen con la recomendación de diversificación, liquidez y expertos detrás de la inversión. Entre ellos, destacamos los fondos de renta fija (de corto plazo o no). Otra opción, con la que los jóvenes se pueden sentir identificados, son los CEDEARs porque les permiten invertir a marcas que consumen y reconocen -como Apple, MELI, Tesla, Meta….-, lo que puede generar una conexión más cercana entre la inversión y los intereses de un adolescente. Ahora, tengamos acá al tiempo de la inversión, como un dato clave.


Columna publicada en La Nación 

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